
La historia comienza al principio de la década de 1870 (desconocemos las fechas exactas), cuando Jerónimo Valduque, médico de Montalbán, envío a Madrid un par de huesos encontrados en una mina de carbón cerca de Utrillas. Carecemos de información sobre qué mina fueron encontrados estos huesos fósiles, pero, sin duda, debían provenir de las que funcionaban a mitad del siglo XIX. Fácilmente se pueden reconstruir los acontecimientos. Un minero, cuyo nombre desconocemos, en su dura labor de extracción de carbón, se percata de la presencia de un objeto singular. Está acostumbrado a observar fósiles de conchas y de troncos que habitualmente aparecen junto al carbón, pero esto era diferente. Se trataba de un hueso fosilizado. La curiosidad de este anónimo minero permitió un descubrimiento que ha pasado a la historia de la Paleontología de Dinosaurios de nuestro país. Pero sigamos con la historia. El minero tuvo el fósil unos días en casa y se lo enseñó a sus vecinos y amigos hasta que llegó la noticia al médico, o bien directamente nuestro minero se lo fue a enseñar. Nos tenemos que poner en la España rural del siglo XIX, en una zona como las Cuencas Mineras, con una pésima comunicación y pocos vecinos con una amplia cultura; sin duda, uno de ellos era Jerónimo Valduque.
Jerónimo se dio cuenta de la singularidad del fósil. Se trataba de un hueso, pero era muy diferente de cualquiera que hubiera tenido hasta ese momento en las manos. En un gesto de humildad que le honra, decidió solicitar la ayuda del paleontólogo Vilanova i Piera. Descocemos si lo conocía anteriormente o si directamente envió los fósiles a la cátedra de Paleontología y Geología de Madrid. Así comenzó el estudio de los dinosaurios españoles y se generó la referencia más antigua conocida (1873) con documentación de los dinosaurios españoles. Juan Vilanova i Piera comunicó a la Sociedad Española de Historia Natural durante la sesión del 5 de febrero de 1873 celebrada en Madrid, el descubrimiento de restos de dinosaurio en Utrillas y Morella. Vilanova describió “dos huesos largos de las extremidades anteriores procedentes del lignito de Utrillas” asignándolos a Iguanodon. Este “iguanodon” de Utrillas pasó a ser, por más de 100 años, el primer dinosaurio español.
Dada la importancia histórica de estos restos, a finales del siglo XX, los paleontólogos Xabier Pereda Suberbiola, de la Universidad del País Vasco y José Ignacio Ruiz Omeñaca, del MUJA y miembro de Aragosaurus, comenzaron la búsqueda de los huesos de Vilanova. Teóricamente debían estar guardados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, pero tras una exhaustiva búsqueda en sus almacenes, desgraciadamente, no aparecieron los fósiles. Estos huesos largos nunca han sido descritos y tampoco localizados en los diferentes museos de Madrid y Valencia en los que pudieron haber sido depositados. Su búsqueda, sin embargo, no fue infructuosa, ya que dieron con documentación inédita de Vilanova i Piera sobre los fósiles de Utrillas conservados en los Archivos del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Lo más significativo eran dibujos originales de las piezas que, sin duda, iban a formar parte de un trabajo científico más amplio que nunca llegó a publicarse.

El texto está obtenido de:
Canudo, J.I., Cuenca-Bescós, G., Badiola, A., Barco, J.L., Gasca. J.M., Cruzado-Caballero, P., Gómez Fernández, D., Moreno-Azanza, M. 2009. Los Dinosaurios de las Cuencas Mineras de Teruel. Ed. Aragon vivo, 109pp.